En el hogar, como en un bar, es posible disfrutar de un buen café y sin necesidad de contar con un costoso y enorme despliegue. Para ello hay dos artefactos que son muy recomendables, prácticos y fáciles de usar: la prensa francesa y la cafetera italiana.
Cafetera de émbolo o de pistón
La prensa francesa —también conocida como cafetera de émbolo o de pistón— es un cilindro comúnmente de vidrio con un émbolo que filtra el agua. Su funcionamiento es muy sencillo pues solamente hay que verter café en el fondo del cilindro —una medida por cada taza, aproximadamente—, incorporar agua caliente, presionar el émbolo hasta abajo para que se sedimente el café y filtre el agua, y finalmente dejar reposar unos minutos.
De la prensa francesa resulta una bebida fuerte, con el cuerpo de un café recién colado —perfecto para el shock de cafeína que se necesita en el desayuno, por ejemplo—. El café está listo en minutos, a tiempo mientras se preparan las tostadas o al regreso de la jornada laboral cuando las energías menguan y todavía hay que encarar un sinfín de tareas y actividades.
Hay cafeteras de émbolo de diversos tamaños: las pequeñas para una o dos tazas y las grandes para el café de toda una familia. Los cilindros suelen tener una cubierta de metal, caucho o plástico con diversos diseños y colores. Algunas tienen un soporte con pie, incluso; las hay clásicas, modernas, minimalistas.
Esta cafetera se limpia con facilidad ya que solamente hay que retirar el remanente de café y la estructura que recubre el cilindro antes de lavar el vaso y el émbolo con jabón, una esponja y abundante agua para que no queden restos de café en el filtro. La prensa francesa es, en síntesis, muy práctica y por ello muy recomendable para el hogar y el trabajo, incluso.
Una belleza por su estilizado diseño
La cafetera italiana es una belleza por su estilizado diseño y produce un café sin igual tanto que para algunos “baristas” es la mejor opción. La bebida que elabora la italiana es muy intensa y emana un aroma que invade todo el espacio. La Bialetti de base hexagonal es la más conocida entre su especie, pero en el mercado hay actualmente una diversa gama, desde las clásicas hasta las más modernas con diseños de última generación (algunos de vanguardia y con espectaculares colores).
La italiana está hecha de aluminio o de acero inoxidable y consta de tres partes principales: calentador (también conocido como tetera), filtro y recolector. En el calentador se agrega el agua y se coloca el filtro. En este se vierte el café molido hasta el borde y sin presionar, y arriba se enrosca el recolector. La cafetera va directo al fuego —sobre la hornalla— y luego de unos minutos, después de que el agua hierve, comienza a salir vapor. En ese momento se retira del fuego y el café está listo para una dosis de perfecto sabor que hará mágico ese instante.
Para lavar la italiana se desenrosca el recolector, se retira el filtro, se desecha el café y con esponja, agua y jabón se limpian todas las piezas. Así de simple. Así de eficaz es esta cafetera que, por todo ello, es la elegida por los italianos.
Un buen café necesita —además de un dispositivo acorde— granos de buena calidad. Estos pueden estar molidos o enteros. Si se eligen los enteros, hay que contar con un molinillo; si se optan por los granos molidos, el tipo de cafetera definirá el grosor. En Montevideo hay una interesante oferta de puros y mezclas de diversos orígenes y sabores. Kenia, Sumatra, Brasil, Perú y Colombia pueden estar en las tazas hogareñas con solo una visita por El Palacio del Café, The Lab Coffee Roasters y La Madriguera Café que ofrecen una amplia variedad, saben qué es lo que venden y asesoran con criterio. En los supermercados también hay reconocidas marcas extranjeras y en las tiendas gourmet la oferta se amplía con los orgánicos.
Con la italiana o la prensa y unos buenos granos está todo listo, luego resta probar y dejarse llevar por el torrente de energía que se dispara al ingerir una verdadera taza de café recién preparado. Hay quienes lo toman solo y fuerte, otros lo cortan con leche (entera, descremada, deslactosada) y algunos lo endulzan con azúcar rubio, edulcorante, miel o agave.
El café marida con todas las ocasiones: las especiales como una primera cita, el fin de una comida y también un momento cotidiano a solas. Es una bebida con mucha historia y motivo de encuentros y desencuentros en la literatura y en el cine; actualmente hay sugestivas imágenes en Pinterest e Instagram con la etiqueta #café. En Montevideo se disfruta un momento de auge en el que el café se sirve cada día con mayor profesionalización y quienes quieren ir por más pueden asistir a clases sobre brewing, cafeteras, “barismo” profesional y “latte art” en The Lab Coffee Roasters.
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