El frío y la lluvia venían jugándoles una mala pasada a las organizadora de Degusto (Florencia Lecueder, Belén Sosa y Lucía Fynn), que debieron reprogramar esta primera edición de 2018 dos veces. Pero tuvieron su recompensa. El benévolo otoño se impuso nuevamente, y bajo un hermoso sol y temperaturas muy agradables, se realizó finalmente esta feria gastronómica que reunió a cerca de 50 propuestas y tuvo en sus stands a reconocidos chefs del medio.
Degusto bajo el sol
En el Parque Grauert de Carrasco (la vieja plaza de la Conaprole), la tibieza del sol se mezclaba con el humo de las parrillas y la planchas y creaba un ambiente muy agradable que prestaba para quedarse. El aroma tentador a diferentes comidas según donde uno estuviera parado y la música de distintas bandas en vivo estimulaban aún más los sentidos.
Era la quinta edición de este encuentro culinario, y los asistentes ya sabían a dónde iban. Familias enteras (incluyendo al bulldog francés o al chihuahua) llegaban bien preparadas para pasar un buen rato, con grandes manteles a cuadros que estiraban sobre el pasto para hacer picnic. Se veían niños jugando a las cartas mientras los padres comían un risotto. O una hamburguesa de cordero con tomate confitado y hoja de espinaca baby, o polenta grillada, o pulpo a las brasas, por un ticket que en ningún caso superó los 300 pesos por porción. Después del plato principal, para el momento dulce, el food truck de churros fue una de las principales atracciones.
Puestos a tope
A eso de la 1 o 2 de la tarde, el parque estaba colmado de gente. Divididos en tres sectores -los food trucks, la zona de cocineros y la de productores locales- los cerca de 50 stands, a tope, sacaban un plato atrás de otro, cumpliendo con la demanda.
Se estima que cada edición de Degusto supera las 12.000 personas. Y esta no fue la excepción. El sábado hasta las 10 de la noche y el domingo hasta las 6 de la tarde, este festival en torno a la comida, encuentro de cocineros, productores, amantes de la cocina y comensales, fue un éxito total.