Horarios: De martes a viernes de 8.30 a 18.30 horas y sábado de 10 a 18.30 horas.
Reservas: Sí
Teléfono: 091 446 437
Correo: @che.co.ffee / [email protected]
Detalles: Servicio de delivery por la zona y take away. El precio promedio de una merienda es de 400 pesos, mientras que el de un almuerzo ronda los 600 pesos. Los sábados se harán almuerzos con platos típicos checos, y solo podrán asistir aquellos que tengan reserva.
Seis años atrás, los checos Ladislav Jelínek y Tomas Navrátil, llegaron a América Latina con el objetivo de recorrer y conocer los diferentes países del continente. Entre ellos estuvo Uruguay, cuya tranquilidad y seguridad cautivaron la total atención de la pareja extranjera. Se instalaron en la ciudad, trabajaron durante dos años en diferentes empresas y, finalmente, dieron comienzo a Che.co.ffee.
Idas y venidas
Este emprendimiento, dedicado a la cafetería, cocina y pastelería checa, comenzó en el 2017 en un local ubicado en la calle Ellauri (Punta Carretas), pero la realidad y la emergencia sanitaria atravesada en todo el país, los obligó a cerrar y comenzar en un nuevo lugar.
Hoy, Che.co.ffee. está ubicado en Zabala 1341 y capta la atención de todos los curiosos y amantes de la cocina checa. Está compuesto por cinco mesas, un mostrador de cafetería, con dulces característicos del país europeo, y una cocina, con otras tantas preparaciones típicas del lugar.
Desayunos, almuerzos y meriendas
Allí se ofrecen opciones para las diferentes horas del día. Hacen panadería y repostería 100% artesanal, e intentan incluir siempre el toque checo. Una de las opciones más pedidas es el trdelník, un producto que suele venderse en las calles del país europeo y consiste en un cilindro hueco de masa crocante, que se enrolla en un palote de madera, se cocina al fuego, y puede acompañarse con chocolate, dulce de leche o helado.
A esto sumaron dulces típicos, como la medovník (un pastel de miel y nuez), y el kolace (bizcocho, de forma similar a la de una margarita, que puede estar relleno de queso ricota cremoso, pasta de nuez o povidla, una mermelada de ciruela stanley). Además hacen pan casero, que utilizan para preparar tostadas y sándwiches (calientes, de lomito, vegetarianos y de campo); clásicos dulces como brownies, carrotcake, crumble de manzana y chocotorta (sin azúcar, sin harina), y diversos platos característicos de su país natal como sopas (con albóndigas de hígado, carne de vaca, noodles caseros, zanahoria y caldo), lentejas y más.
Para beber ofrecen café en diferentes versiones, té, cerveza checa – rubia y negra, ambas gluten free -, licor de becherovka – que puede tomarse solo o en preparaciones calientes-, tragos, refrescos, vinos y otras tantas opciones que reviven los sabores característicos de esta cultura.