El Bar Amadeo, que desde hace algunos meses ocupa una hermosa esquina de Palermo, recibió el martes 3 de julio a clientes interesados por conocer un poco más sobre los vinos argentinos Cafayate y probarlos con platos especialmente pensados para ellos.
Sabores desde Cafayate
Los vinos Cafayate, que llevan el nombre de la región donde se producen, “son frescos, muy gastronómicos, muy fáciles de tomar”, asegura la sommelier Andrea Fabry. Y para esta cena, preparada por la chef Julieta Carniglia, se eligieron platos que hicieran lucir sus sabores.
Como primer paso se sirvió una sopa de humita con micro empanadas de queso brie y cebolla caramelizada, y de jamón crudo, queso y aceitunas negras, acompañadas de un torrontés. Luego se sirvió una carbonada ahumada en pan de campo que iba perfecto con el malbec reserva. El paso tres consistió en un tamal desconstruido relleno de cerdo al malbec que fue muy bien con el cabernet reserva. Todo terminó con un postre vigilante, como le llaman en el norte argentino, que no es más que queso con dulce. En este caso tomó la versión de un cheese cake con dulce de batata. Como era el final de la noche, el comensal podía elegir acompañarlo con el vino que más le había gustado de los tres anteriores.
Vinos amables
Estos vinos pertenecen a Bodegas Etchart, que tiene casi 200 años, y desde hace 15 es parte de la multinacional Pernod Ricard. En el mercado uruguayo se encuentran las líneas de varietales y reserva, y Arnaldo B, un vino de corte que es ícono de la bodega.
Tanto los nuevos en el mundo del vino como los conocedores pueden disfrutarlos porque, según la sommelier, son vinos muy amables en boca. “Estamos ubicados en Salta, norte de Argentina, casi desierto, llueve 500 milímetros al año. Eso hace que nuestros vinos sean muy frutados y por lo tanto muy amables”.